jueves, 4 de agosto de 2011

Comunicado de prensa. NO existe una norma sanitaria que proteja a la población de la contaminación electromagnética.


Alta tensión!

NO existe una norma sanitaria que proteja a la población de la contaminación electromagnética.

En numerosos puntos del país y del mundo, los habitantes de distintas ciudades están realizando averiguaciones, estudios, conclusiones y reclamos ante los gobiernos, por la evidencia de los efectos que el electromagnetismo genera en la salud humana.
En tal sentido un colectivo de más de 500 organizaciones sociales firmó un manifiesto en el Quinto Congreso Internacional de Medicina Ambiental (25, 26 y 27 de junio 2011 en Madrid) para exigir a los gobiernos y políticos del mundo una eficaz protección frente a la creciente contaminación electromagnética, reduciendo los niveles aceptables a 100 nanoTeslas = 0,1 microTeslas para las radiaciones de baja frecuencia y de 100 μW/m2 (microvatios por metro cuadrado) para las de alta frecuencia.
En la provincia de Buenos Aires, en particular hay varias zonas fuertemente afectadas por esta problemática, tales son los barrios de Wilde, Ezpeleta, Ituzaingó , Lomas de Zamora y Berazategui entre otros, mientras que en este último actualmente centenares de vecinos organizados pelean contra la instalación de la Subestación RIGOLLEAU , cuya obra fue aprobada por la Justicia.
Este es uno de los principales problemas, la Justicia se basa para estas habilitaciones en una ley del Ministerio de Economía, más precisamente de la Secretaría de Energía (Res. 77/98) para legislar sobre cuestiones sanitarias, no utiliza una normativa diseñada en forma interdisciplinaria con la participación de los profesionales de la salud, la cuál no existe en este país.

EL RECLAMO

El reclamo de los vecinos es que las subestaciones eléctricas, que transforman alta tensión en voltajes menores para ser distribuidos a redes domiciliarias, NO ESTEN instaladas en zonas pobladas.

¿POR QUÉ? Porque se ha comprobado científicamente que las cercanías a los campos electromagnéticos producidos por redes de alta y media tensión aumentan los riesgos de contraer enfermedades tales como la leucemia infantil y diversos tipos de cáncer en adultos. Muchos de estos estudios son reconocidos incluso por la OMS (Organización Mundial de la Salud) organismo que reconoce el potencial daño que estos campos genera en la salud de los niños, produciendo especialmente leucemia infantil. (publicado en su trabajo “Estableciendo un diálogo sobre los riesgos de los campos electromagnéticos. 2005”).
Evidencia de esto es el relevamiento que realizaron los vecinos en Ezpeleta, con el cual conformaron el denominado “mapa de la muerte”, el cual está reflejado en el Libro 132.000 voltios, un trabajo testimonial que publicaron las periodistas Maria Eugenia Cerruti y Silvia Heguy en 2006, sobre los centeneras de vecinos enfermos y muertos en las inmediaciones de esa subestación eléctrica.
En los últimos años el electromagnetismo se ha incorporado en la agenda de debate por su impacto en la salud humana, tal es así que en varios países del mundo se han promovido y promulgado leyes que regulan los niveles de campos electromagnéticos que pueden recibir las poblaciones mas cercanas a las subestaciones, reglamentando así los lugares en donde se pueden construir. Los niveles que se permiten en estos países son menores a 0,3 microteslas, este es el valor comprobado, arriba del cual se aumenta al doble las posibilidades de un niño de contraer leucemia.
Uno de los países que más ha avanzado en esta legislación es Italia, donde tres de sus importantes ciudades (Verona, Toscana y Veneto) desde el año 2000 tienen legislaciones que no permiten que las subestaciones impacten con más de ese nivel sobre los habitantes más cercanos. Paradójicamente EDESUR, empresa cuyos principales accionistas son de ese país europeo, intenta continuar la instalación de subestaciones en nuestro país que estan habilitadas (permitido por el ENRE) a emitir hasta 25 microteslas. OCHENTA Y TRES (83) VECES más que los niveles comprobados que enferman a los niños, niñas y adolescentes como uno de los principales grupos de la población afectado.
Según los expertos, la forma de evitar este tipo de impacto negativo en la salud humana que provoca el electromagnetismo es la distancia a las fuentes emisoras, esto es tanto de las subestaciones en si como al cableado, o transformadores que existan en el tendido eléctrico.
Al respecto los científicos resaltan la noción de cóctel de energías, “si yo tengo una línea de media o alta tensión que me está afectando, no es solamente el campo electromagnético de esa línea la que me está afectando, sino que se va juntar con otros campos electromagnéticos. Si éste es muy fuerte y proviene de una línea de media y alta, se va a juntar con otros campos provenientes del celular o de los dispositivos (electrodomésticos) que tengo en mi casa. Esta es una noción importante que hay que tener en cuenta”. Así lo expreso el Dr. en Biología Raúl Montenegro, presidente la FUNAM y Premio Nobel alternativo de biología, que brindó una charla a medio millar de vecinos en Berazategui el pasado 16 de Julio.
El biólogo sostuvo también con énfasis que “Si hay algo donde estamos absolutamente primitivos (en Argentina) y en una situación insostenible, es la total falta de protección que tienen los ciudadanos en todo lo que hace a radiaciones no ionizantes (aquí se enmarcan los campos electromagnéticos de baja frecuencia), porque no existe en nuestro país ninguna norma que proteja la salud de las personas de los campos magnéticos.”

El reclamo actual de miles de argentinos es para que se cree una NORMA SANITARIA que proteja a la población de los efectos nocivos y evitables del electromagnetismo. Ésta sería una verdadera política de prevención en materia de salud, tal como lo rezan las normas nacionales y convenciones internacionales suscriptas por nuestro país, como la Convención Internacional de los Derechos del Niño.

Vecinos Autoconvocados por la Vida

1 comentario:

Joan carles López Sancho dijo...

Tenéis todo mi apoyo, y es que los graves problemas de contaminación electromagnética que producen los cables de alta tensión y las subestaciones en zonas con población y ecosistemas con zonas sensibles, tiene que haber un buen estudio de impacto ambiental y sobre todo que sea imparcial, sino tendremos enfermedades relacionadas con este tema más información en
http://www.gigahertz.es/estudios_de_transformadores_y_alta_tension_.html